Historia
El origen y el alma de un sueño

El vino es paciencia, es historia, es el testimonio de quienes han dedicado su vida a la tierra. Bodega David Auñón nace de esa pasión heredada, de un compromiso inquebrantable con la autenticidad y de una forma de entender el vino que se ha transmitido de generación en generación.

Origen
Hay historias que se escriben con palabras. Otras, con el paso del tiempo, la tierra entre las manos y la pasión transmitida de generación en generación. Nuestra historia comenzó hace más de un siglo, en una pequeña bodega de Villanueva de los Infantes, de la mano de Jacinto Campos García, bisabuelo del actual elaborador David Auñón.
En su humilde lagar familiar comenzó a forjarse una manera de entender el vino que ha llegado hasta nuestros días. Aquel espíritu pionero, aquella forma de vivir la tierra con autenticidad, es hoy la raíz de lo que somos.
Hay historias que no se escriben en libros, sino en la tierra, en el aroma de una bodega y en el sabor de un vino bien hecho. La nuestra comienza hace generaciones, entre viñas que han visto pasar el tiempo y manos que han trabajado con respeto y dedicación.
Cuarta generación
David Auñón ha dedicado su vida al vino. Durante más de cinco años al frente de su propia Vinoteca, fue dando forma a una identidad vinícola única, marcada por la autenticidad y el compromiso con la calidad. Su camino lo llevó a dirigir los Premios Terruño, donde descubrió y premió la excelencia de pequeños productores. También compartió su visión sobre las bodegas de autor en la Guía Author Wines, donde cada historia escrita era un homenaje a los viticultores que desafían lo convencional.
Hoy, esa experiencia y esa pasión se materializan en Bodega David Auñón, un proyecto que recoge el aprendizaje de estos años y lo proyecta hacia el futuro. Aquí, en el corazón de La Mancha, trabajamos con una filosofía clara: vinos que nacen de la tierra y se forjan con paciencia, equilibrio y respeto por el origen.

Hoy, te invitamos a descubrir Bodega David Auñón. A probar nuestros vinos con el tiempo y la atención que merecen. A sentir en cada sorbo el carácter de nuestra tierra y el esfuerzo de quienes la trabajan.

Futuro
Nuestros vinos no buscan ser solo un placer para el paladar, sino una experiencia para los sentidos. Cada botella es el resultado de una historia familiar, de una filosofía de trabajo y de una manera de entender el vino que trasciende lo comercial.
Porque para nosotros, hacer vino no es un negocio: es nuestra vocación, nuestro legado y nuestra forma de compartir lo que más amamos.